Los chicos crearon árboles.

El taller comenzó en el suelo con el fin de trabajar desde otro lugar la temática a nivel corporal, visual y lúdico. Se buscaron materiales diversos para comenzar con el diseño de un árbol propiamente dicho, esta vez poniendo especial atención a los colores de aquellos que se ven todos los días.
En tres grupos se recortaron las raíces, se dibujó la textura de la corteza y la copa con sus hojas se pobló de verdes en distintas tonalidades. La tarea transcurría y se pudieron realizar articulaciones entre ecología y ciencias naturales, entre la importancia de que existan los árboles (oxígeno) y los procesos fundamentales que en él y por él suceden, como por ejemplo, la fotosíntesis, combinando metodologías de enseñanza – aprendizaje, como ser la que se da en la institución escolar desde un lugar formal, y desde una perspectiva no formal con clara intención integradora desde el rol docente.
El árbol ya tiene sus tres partes fundamentales y así lo distinguen los niños y niñas del hogar: raíces, tronco y copa. Luego, llegó el momento crucial, juntar las partes y armarlo entre todos. Se decidió dónde ubicarlo en el aula. Por lo tanto, nuevamente el sentido especial cobró otro sentido, intentando habitar el salón cotidiano con producciones propias cobrando significación el aprendizaje colectivo.

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